jueves, 7 de mayo de 2009

Realidad Latinoamericana‏




Palabras del presidente Óscar Arias en la Cumbre de las AméricasTrinidad y Tobago18 de abril del 2009

Sr. Presidente de la República

Tengo la impresión de que cada vez que los países caribeños ylatinoamericanos se reúnen con el presidente de los Estados Unidos de América, es para pedirle cosas o para reclamarle cosas. Casi siempre, es para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros. No creo que eso sea del todo justo.No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes de que Estados Unidos creara Harvard y William & Mary, que son las primeras universidades de ese país. No podemos olvidar que en este continente, como en el mundo entero, por lo menos hasta 1750, todos los americanos eran más o menos iguales: todos eran pobres.Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… y así la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta. Ciertamente perdimos la oportunidad.También hay una diferencia muy grande. Leyendo la historia de América Latina, comparada con la historia de Estados Unidos, uno comprende que Latinoamérica no tuvo un John Winthrop español, ni portugués, que viniera con la Biblia en su mano dispuesto a construir “una Ciudad sobre una Colina”, una ciudad que brillara, como fue la pretensión de los peregrinos que llegaron a Estados Unidos.Hace 50 años, México era más rico que Portugal. En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur. Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur –en cuestión de 35 ó 40 años– es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países sólo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% delproducto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto lanuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestrospaíses. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.En mi intervención de esta mañana, me referí a un hecho que para mí es grotesco, y que lo único que demuestra es que el sistema de valores del siglo XX, que parece ser el que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI, es un sistema de valores equivocado. Porque no puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo –en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día– y que gaste 13 veces más ($1.300.000. 000.000) en armas y soldados.Como lo dije esta mañana, no puede ser que América Latina se gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que el 9 de noviembre de 1989 pasó algo muy importante, al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. Tenemos que aceptar que este es un mundo distinto, y en eso francamente pienso que todos los académicos, que toda la gente de pensamiento, que todos los economistas, que todos los historiadores, casi que coinciden en que el siglo XXI es el siglode los asiáticos, no de los latinoamericanos. Y yo, lamentablemente, coincido con ellos. Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los “ismos” (¿cuál es el mejor? capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialcristianismo. ..), los asiáticos encontraron un “ismo” muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo .
Para solo citar un ejemplo, recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dadocuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha: “Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones” . Y si hubiera estado vivo Mao, se hubiera muerto de nuevo cuando dijo que “la verdad es que enriquecerse es glorioso”. Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen a un 11%, 12% o 13%, y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás.La buena noticia es que esto lo logró Deng Xioping cuando tenía 74años. Viendo alrededor, queridos Presidentes, no veo a nadie que esté cerca de los 74 años. Por eso solo les pido que no esperemos a cumplirlos para hacer los cambios que tenemos que hacer.Muchas gracias.

Regla de estabilidad y prudencia fiscal

Segun el IPEI (INSTITUTO PERUANO DE ECONOMIA)
Argumentando que los efectos de la crisis mundial no se contrarrestarán en la economía peruana con las reglas macrofiscales actuales, el Gobierno envió un proyecto al Congreso que propone suspender estas reglas para el 2009 y el 2010. (Gestión, 07/05/2009)

peruana con las reglas macrofiscales actuales, el Gobierno envió un proyecto al Congreso que propone suspender estas reglas para el 2009 y el 2010. (Gestión, 07/05/2009)
El FMI ha emitido el día de ayer una nota de prensa
(Press Release 09/150) en la que manifiesta que América Latina está en una posición envidiable para navegar a través de la crisis y que comenzará a retomar el crecimiento económico hacia finales del presente año, mientras que las economías avanzadas recién lo harían a mediados del 2010. La recuperación, como es obvio, tomará buen tiempo y es posible que incluso en el Perú se tenga que seguir tirando hacia delante en lo que al Programa de Estímulo Económico (PEE) se refiere, de tal manera que los efectos de esta crisis afecten lo menos posible a los peruanos, sobre todo a los de mayores necesidades.
Pero es importante evaluar seriamente qué es lo que necesitamos hacer y qué estamos dispuestos a sacrificar en aras del PEE. ¿Es necesario o conveniente alterar la regla fiscal? Como lo narra el documento Reglas fiscales y volatilidad del producto del mismo BCR, las reglas fiscales que se introdujeron al Perú en 1999 han tenido un cumplimiento más bien parcial. La regla de déficit máximo se ha incumplido en periodos de menor crecimiento y la regla que limita el crecimiento del gasto de consumo se ha incumplido en periodos de auge. Además, los propios límites han sido alterados varias veces. Esto lleva a que se debilite el efecto que se busca al introducir esta norma: proyectar confianza de estabilidad y prudencia fiscal.
Ahora se plantea relajar estas dos reglas por dos años. Es claro que la regla de déficit debería relajarse para este año. Dependiendo de la velocidad de la recuperación económica es posible que deba relajarse el año 2010, aunque sería mejor esperar a tener más información antes de tomar la decisión. Pero es dudoso que sea necesario relajar la regla de crecimiento del gasto de consumo este año y exagerado, por no decir peligroso, relajarla para el año 2010. Ningún aspecto del PEE requeriría violar el límite al crecimiento del gasto en el 2010, y hacerlo en un año electoral iría en contra de la razón misma de ser de las reglas fiscales. Es más, como lo comenta Elmer Cuba en Desafíos de la política fiscal en el Perú del CIES, la ley debería contar con penalidades para que su cumplimiento sea más estricto.